lunes, 18 de enero de 2010

Rápido


La mesa llena de papeles y solo 10 mínutos para escribir. Y así, buscar la extraña satisfacción de que tu guión quede inmortalizado en internet, buscar una fuente de distracción en esta larga noche. El efecto de la cafeína va dejando de actuar, ahora entra la fase tonta y preocupante en la que tienes los ojos como platos y la mente semiabierta, donde todo entra a cuentagotas. Es cuando te preguntas que qué demonios haces aquí, que mañana es otro día que tendrá 24 horas; pero eso mismo dije ayer y antes de ayer... y también la semana pasada. Pero qué mas da, ya llegas a la conclusión de que te gusta darte caña y hacer las cosas bajo presión. Contar y comprimir las horas y los folios. Me gustan y desquician estas noches por igual.